Este servicio está enfocado en la evaluación y optimización de los procesos de atención al cliente, asegurando que estos sean fluidos, eficientes y sin fricción. En él se analiza cada punto de contacto con el cliente, desde la primera interacción hasta el seguimiento postventa (incluye atención presencial y digital), con el fin de eliminar “cuellos de botella” y/o pasos repetitivos para mejorar la experiencia del cliente.